Espejo..
Apenas al nacer por alguna capacidad que solo tienen los
abuelos, inmediatamente el bebé se parece a “alguien”, quizás al Padre, a la
Madre, a un tío muy lejano, incluso a familiares que nunca hemos visto en
nuestras vidas, pero créanme que siempre el niño siempre se parece a alguien…
Sin embargo; que físicamente nos parezcamos a algunos de
nuestros parientes no quiere decir que en la vida seamos como ellos, bien sean
exitosos o no lo sean tanto. La formación durante nuestra vida viene dada 100%
por el entorno donde estemos, no hay para el niño que comienza a crecer mejor
ejemplo que donde empieza a vivir.
Ayer leía el último artículo de mi amigo Luis Vicente en su
blog www.motivandoelfuturo.blogspot,
y nos explica cómo ir aconsejando a nuestros hijos durante el crecimiento, Luis
Vicente nombra 3 puntos importantes que deberían de estar en el ADN de cada uno
de nosotros:
1. la primera de
ellas es tener una gran actitud positiva;
2. la segunda es
siempre estar altamente motivados; y,
3. la tercera, es
adoptar la filosofía del aprendizaje continuo.
Aparte de estos puntos pues el artículo trae una serie de
planteamientos que sin duda son todos acertados en este tema. Así pues, a esto
le sumo el entorno y la disciplina que podamos forjar en ellos sin importar lo
que quieran hacer. Un niño, e incluso una persona ya adulta que se desarrolle
en un ambiente tóxico y de atraso, un círculo de vida sin progreso, pues no
podemos esperar que sea alguien de éxito durante su vida o su carrera. El crear
un ambiente de progreso, de disciplina y de fortalezas para afrontar los retos
que nuestros hijos elijan o los retos que queramos afrontar en nuestra vida
diaria o laboral, es el plano ideal para que logremos explotar todas las
habilidades y capacidades que tenga ese niño, incluso una persona adulta.
No quiere decir con esto que nuestras familias se conviertan
en una casta de jugadores de futbol porque Papá es un gran jugador, o ser
nuestra hija una excelente artista porque Mamá es una gran pintora, lo que si
podemos transmitir y debemos hacerlo son las bases para que sean excelentes en
la vida que escojan. Si somos ingenieros y
nuestros hijos futbolistas, hay miles de conocimientos que como padres
podemos transmitir: tenacidad, perseverancia, ánimos, insistir, el no dejar las
cosas a medias, el terminar todo lo que comencemos y así miles de cosas más…
Todo esto sin necesidad de patear un balón. Por supuesto la técnica y todo lo
relacionado al deporte o a la carrera laboral son muy importantes y ya alguien con
mejor experiencia en ese punto se encargará, pero ninguna técnica, ninguna
excelencia deportiva o laboral va a ningún lado sin una personalidad con voluntad,
con humildad, y sobre todo con los valores necesarios para realmente poder
formar a una persona excepcional.
Todo se puede entrenar! todo… absolutamente todo siempre y
cuando estemos seguro de que eso es lo que queremos ser y que queremos ser los
mejores. Para los que no lo saben Rafael Nadal ganador de 9 torneos de Roland
Garros, 14 Grand Slam en total juega “a la zurda”, pero Rafael Nadal en
realidad es “derecho”, su entrenador de toda la vida su Tío Toni lo enseñó a
jugar “a la zurda” para ser un jugador incomodo ante la gran población de
jugadores “derechos”.
El
entrenamiento más importante para lo que hagamos en nuestras vidas es sin duda
el mental, cuando sepamos manejarnos, que logremos entender que la primera
victoria es la interna, y que el contrincante más fuerte sin duda siempre seremos
nosotros mismos con los límites que nos fijamos, entonces cuando ese momento en
que podemos “vencernos” llega, lo demás es solo nuestro talento y voluntad de
hacer las cosas. El peor fracaso es sin duda NO INTENTARLO…
“Lo intentaste.
Fracasaste. No importa. Sigue intentándolo. Fracasa otra vez. Fracasa mejor”.
La frase del dramaturgo irlandés Samuel
Beckett que lleva tatuada en el antebrazo el tenista Stan Wawrinka, campeón de
Australia 2014 y campeón de Roland Garros 2015.
Muchos cariños..
Luis.