Puente.

Creo que se trata de
regalarte mi hombro cuando estás caída, de tomarte de la mano para caminar al
mismo lado, de saberte escuchar cuando ya la almohada te da la espalda. Yo
también sé que estás ahí, para entender lo que más nadie puede comprenderme,
que me arriesgo porque sé que cuando volteo esperas siempre a mi regreso.
Comprendí que nunca tuve
nada entre mis brazos hasta que por primera vez te abracé, que no importa nada
más sino el alma que me dejas ver, que nos hacemos viejos y el cuerpo comienza
a marcar las hojas del calendario, que solo se mantiene joven el amor y el cariño
que sentimos al despertar, aprendí que las cosas materiales adornan muy bien lo
que todos pueden ver, pero que realmente solo tú sabes decorar lo que llevo por
dentro.
Sé también que el mejor sofá que
tenemos es ese donde soñamos juntos, ese que no ordenamos ni limpiamos, ese que
vive entre nosotros donde dibujamos, donde leemos, donde formamos poco a poco
todo lo que está por venir.

No soy de construir muros,
prefiero por el contrario construir puentes que me dejen llegar a tu lado a
cada instante, que hagamos miles de ellos para llegar a donde los sueños nos
permitan, que el cielo es el límite, y que estamos dispuestos a vivirlo un día a la vez.

Yo siempre te veo a donde
quiera que voy, me divierte saber que puedes reírte de mí extraño sentido del
humor, que nos buscamos en la noche mirando al cielo, y que no hay mejor
instante que tu sonrisa, que tenemos la mano del mismo tamaño y que pase lo que
pase ambos sabemos que el día siguiente siempre será mejor…
JTA.. Luis.
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