…Después de la
tormenta.
En medio de todo las
cosas no salieron tan mal… sin embargo el tiempo de comenzar de nuevo es hoy,
es como si terminaras un libro y decidieras comenzar el otro, el lector siempre
es el mismo pero los personajes ahora son otros, algunos repiten en la
historia, otros simplemente se van dejando el recuerdo, las anécdotas, las
historias, otros sencillamente parecieran que nunca estuviesen, y otros… otros
aún están aquí con otros nombres con otras habilidades, con mejores sonrisas,
con ojos hermosos con historias intensas, pero en el fondo vemos reflejado
siempre a los que amamos en los ojos de otras personas, hay quienes viven en
nuestra mente y nuestro corazón y serán imborrables.
Hay días en que las
historias llegan a su final, nos duelen, en ocasiones nunca las llegamos a
olvidar, es el momento en el que pensamos que nunca estaríamos preparados, pero
para aquellos que sabemos usar bien el pincel es un momento único de
reinventarse, y de crear nuevas historias, nuevos caminos, nuevas vidas… No
siempre tiene que ser con personajes diferentes, las segundas partes pueden ser
también maravillosas, lo importante es que la historia no sea la misma, tiene
que ser mejor para poder seguir llevándola…
Podemos perder un
amor, un ser querido puede que deje esta vida, un trabajo, hasta una mascota,
pero siempre debemos saber cómo continuar, en casos tan fuertes como cuando alguien
deja de existir el camino siempre es más difícil, pero cuando son situaciones
de nuestro día a día saber comenzar de nuevo es la clave para caminar más
firme. Sabremos comenzar en mejor forma
cuando sepamos que nuestra huella se siente, cuando pasemos por algún lugar y
nos puedan recordar porque de una u otra forma hacemos falta, cuando dejamos
testimonio de que fuimos excelentes y lo podemos seguir siendo, cuando un amor
pasó y aún nos recuerda, cuando se cuenten miles de historias de nosotros y de
cada una se hable tarde a tarde, cuando antes de dormir se nos recuerda, cuando
queda el vacío de nuestra ausencia, de ser así tenemos la opción de seguir
nuestro camino sin voltear atrás y seguir escribiendo nuevos capítulos en
nuestra vida y en las de lo que están por conocernos, o tenemos la opción de
escribir la segunda parte del camino que ya hemos dejado, de mejorar lo que
pensamos inmejorable, pero lo que es
verdad es que de ambas formas debemos de ser mejores para que no sea un simple
cuento, debemos de grabar una gran historia, algo que deje en los corazones de
los demás momentos especiales, y en el nuestro la satisfacción y la alegría de
haber hecho las cosas bien.
Hay personas que
pasan por nuestras vidas y que rara vez la recordamos, hay otras que a diario
las pensamos, que nos hacen falta cuando no están, hay a quienes
extrañamos, y hay los que nunca nos
enseñaron como vivir sin ellos…
Volver a empezar es
el camino de los que saben levantarse una y otra vez, los que perseveran, los
que saben realmente lo que quieren y a donde van, “si sueñas has que pase”,
cuando podemos pensar en esa dirección, ya está todo casi listo, lo que falta
es hacerlo, así que tenemos un tiempo para soñar y aún mucho más para hacerlo
realidad, nadie logra el éxito a primera
vez, son muchas horas de equivocarse y volver a empezar, de derrota tras derrota,
de comenzar de nuevo… El que insiste vencerá de eso no hay duda, pero hay que
sumarle a eso lo que podamos aprender de cada derrota, recuerden que cuando
se gana se enseña, pero cuando se pierde se aprende…
No es tarea difícil,
es cuestión de entender que el fracaso en ciertas oportunidades formará parte
de nuestras vidas, las despedidas van a llegar de un momento a otro, los
errores, las derrotas los momentos obscuros, lo importante es saber cómo
afrontarlos y hacer de ellos el aprendizaje más importante de nuestras vidas…
El
fénix, correspondiente al Bennu egipcio, es un ave mitológica del tamaño de un
águila, de plumaje rojo, anaranjado y amarillo incandescente, de fuerte pico y
garras. Se trataba de un ave fabulosa que se consumía por acción del fuego cada
500 años, para luego resurgir de sus cenizas. Según algunos mitos, vivía en una
región que comprendía la zona del Oriente Medio y la India, llegando hasta
Egipto, en el norte de África.
Según
la leyenda cristianizada, el ave Fénix vivía en el Jardín del Paraíso, y
anidaba en un rosal. Cuando Adán y Eva fueron expulsados, de la espada del
ángel que los desterró surgió una chispa que prendió el nido del Fénix,
haciendo que ardieran éste y su inquilino. Por ser la única bestia que se había
negado a probar la fruta del paraíso, se le concedieron varios dones, siendo el
más destacado la inmortalidad a través de la capacidad de renacer de sus
cenizas.
Cuando
le llegaba la hora de morir, hacía un nido de especias y hierbas aromáticas,
ponía un único huevo, que empollaba durante tres días, y al tercer día ardía.
El Fénix se quemaba por completo y, al reducirse a cenizas, resurgía del huevo
la misma ave Fénix, siempre única y eterna. Esto ocurría cada quinientos años.
Nosotros tenemos la suerte de no tener que esperar cada 500 años, definitivamente
el tiempo es ahora… es perfecto.
Cariños Luis.
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