Cerrando puertas…
Comenzar una nueva etapa en
nuestras vidas siempre es maravilloso, y lo digo en general CUALQUIER ETAPA, nuevo empleo, la
adolescencia, la madurez, la vejez, una nueva etapa sentimental, en fin
cualquiera. Pero para poder hacer eso y comenzarlo adecuadamente hay que dejar
atrás muchas cosas, no podemos madurar siendo aún niños, tener un nuevo empleo
sin dejar al otro, una nueva pareja teniendo la antigua, para todo debemos de
cerrar la puerta para que se abran nuevas.
De principio es fuerte abandonar
ciertas cosas, cerrar ciclos, sobre todo si fueron maravillosos en su momento,
incluso si nos hicieron felices, cuando nos sentimos fuertes y ágiles, cuando
estuvimos de moda, cuando sentimos tener el mundo a nuestros pies. El tiempo
pasa y algunas cosas se van junto al calendario, pero eso no quiere decir que
llegó el final; quedan muchas cosas maravillosas y especiales por venir,
ciertamente algunas cosas quedarán como asignaturas pendientes, pero podemos
hacer de ellas experiencia enriquecedora que podemos transmitir a los que
vienen después de nosotros.
Hoy ya no creo que me convierta
en un Nadal o en un Federer jugando al tenis, pero disfruto enseñándole lo que
se a mi hija, si… ya no creo que sea ese campeón que pensé se podía hacer, simplemente
en mi horario de trabajo vuelvo a ver a mis máquinas y mis barcos de nuevo día a día buscándole solución a sus
presiones, a su sistema de bombeo a su electrónica y a todo lo que las hace
vivir, pero luego voy a la maravilla de la vida y puedo jugar al tenis con mi
hija y enseñarle a golpear bien la bola.
Así vamos comprendiendo que no es
triste cuando el calendario avanza y vemos que ciertas cosas quedaron pendientes
por hacer, por el contrario es de sabios y es especial saber caminar al lado de
los días, nunca dejarnos ganar y tampoco podemos ganarle nosotros al tiempo. El
tiempo marca siempre la pauta, de nosotros queda saberlo vivir y apreciar cada
segundo que pasa.
En nuestra profesión es
nostálgico a veces ver como dejamos etapas atrás donde aprendimos miles de
cosas pero es mejor aún saber que vamos para mejor, que los nuevos retos son
nuestro nuevo medidor y al hacerlos vamos pasando etapas y estamos listos para
lo que viene.
Estaba yo en mis 15 años o 16
quizás y comencé a trabajar en una empresa de mantenimiento e instalación de
sistemas de aires acondicionados desde pequeños hasta montajes industriales de
envergadura con mi amigo Raúl González de G&G Ingenieros, al principio Raúl solía acompañarme y
enseñarme, luego ya iba solo, y créanme la primera vez siempre es emocionante y hasta temerosa, pero
uno va superando etapas y le da bienvenida a otras. Se cierran puertas pero de
esas etapas se lleva uno lo mejor, el aprendizaje y los buenos amigos, con mi
buen amigo Raúl aprendí a que a diario se debe planificar las tareas del día, y
mientras más temprano más tiempo tenemos de solventar las situaciones, ya de
eso pasaron 22 años hoy ya pasando etapas y etapas terminé reparando
buques mercantes y montando grúas de 550
toneladas con personal extranjero, de todos esos momentos me siento feliz y
orgulloso.
Así pues es todo en la vida, cerramos puertas
y abrimos nuevas que siempre son un reto mayor al anterior.
Y cuando crean que lo saben todo
y no hay más puertas que abrir, conviértanse en Padres, y traten de entender lo
que hay en esas cabezas de nuestros hijos. Y cuando no sepan que hacer,
pregúnteles a ellos mismos, que de seguro ya a estas alturas nos han superado…
Dedicado a mi buen amigo
Raúl Gonzáles “El Cucho”… ha pasado el tiempo y aún recuerdo aquellos días
donde el pollo estaba pequeño y había que buscarlo en la escuela…
Este artículo lo escribí
escuchando “De vez en cuando la vida” del maestro Serrat, a los que no la han
escuchado pues les garantizo que no perderán un segundo de su vida escuchando
está pieza maravillosa.
Cariños..
Luis
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