miércoles, 18 de septiembre de 2013


ALMA LIBRE.


¿Cuándo aprendemos a querer?... ¿Cuándo aprendemos a amar?... Siempre me he preguntado si estoy en lo correcto o por el contrario soy yo quien siempre está en el error, hasta hoy siempre supuse que estaba en la perfecta dirección y que mi manera de amar era infalible, que era la precisa y que no manejaba ningún margen para la equivocación. Y a través del tiempo a tu lado me doy cuenta que jamás tuve la razón, por el contrario cometí el mismo error una y otra vez… Primero te imaginé,  hice de ti una maravilla sin detalles, luego te agregué una virtud tras otra, te convertí en el mejor amor del mundo, para que a los ojos de los demás fueses la manera perfecta de amar.


Pasé días, años, vidas buscándote, hasta que por fin comprendí que mi forma de amar nunca era la correcta, aprendí mientras te busqué que el amor no tiene parámetros, que no existe la manera correcta de amar a alguien, la manera perfecta de decir “Te quiero” jamás ha existido. Amar a alguien no trae las instrucciones que esperaba,  yo mientras seguía entrevistando vidas en mi vida para que quien optase por el cargo fuera la candidata ideal.  

Al final de la búsqueda me di cuenta de que cada quien es diferente para amar, que los amores pueden ser de mil maneras, que hay quien encuentra en lo simple la felicidad, hay quien no necesita de nada más que su sonrisa, hay quien viene con todos los defectos del mundo pero con una sola virtud, esa virtud que lo cambia todo y que nos atrapan para toda la vida. En estos días alguien me comentaba sobre aquellas almas libres que son inatrapables, como si nacieran para vivir toda la vida a la carrera de escapar del amor, te puedo asegurar que esas almas son las primeras que están encadenadas a querer una vida compartida al pie de una historia que sea para siempre.
 

Las almas libres son todas aquellas que no conocen de límites para amar a alguien, para sentir pasión por lo que hacen o para saber que el tiempo es corto y que la vida son solo un par de días, pero si… definitivamente almas a la par del viento, de bailar al ritmo del corazón , de no escuchar advertencias ni consejos para enamorarse, un alma libre es tan competente para amar como para sufrir por ello…

Conozco almas libres que no han conocido más que un solo amor, conozco aquellas que lloran y sufren cada vez que se tienen que marchar del lado de ese alguien especial, se de almas libres que utilizan sus sueños para vivir y aquellas que se sienten presas solo cuando no las dejas soñar.

Solo son almas encadenadas aquellas que no ven en lo simple el verdadero detalle, aquellas que necesitan de mucho para decir poco, aquellas que se niegan a escuchar, quien no se atreve una vez más, quienes le tienen miedo a la aventura, quien sufre por la felicidad del otro…


Solo aquel que puede amar sin preguntar, quien te puede llevar de la mano a soñar juntos, quien sabe cuánto te gusta esa canción, quien tiene la palabra precisa para el momento justo, aquel que sabe de tus angustias, de tu mal humor, quien comparte aún más tus caídas que tus victorias, el alma es libre solo cuando encuentra un solo sitio donde estar, de resto yo diría que más bien es un alma errante…

Reconoce el alma libre cuando veas que o tiene tiempo para sí mismo pero que se vuelca a vivir para otra persona, cuando veas que puede seguir adelante sin ayuda de nadie, cuando por las mañanas te despierte, cuando escuches su voz a diario, cuando sepas que lo que hace lo está haciendo es por ti…

 

….Estoy seguro de que va mi alma… y la tuya?

 

Cariños

 

Luis.